
Los brotes de alfalfa aportan riqueza enzimática, fácil digestión y amplia variedad de valiosos nutrientes.
Pero parece que los de alfalfa son los que mejor reputación tienen y tienen fama de ser ¡El mejor amigo de los Huesos!
Por contener grandes cantidades de calcio y fósforo, se convierten en un reconstituyente y reparador de la estructura ósea, así evitan la debilidad y la tan temida osteosporosis.
Al igual que otros germinados verdes, al ser ricos en clorofila, tienen la capacidad de regenerar la células sanguíneas, por eso su importancia en el control de la anemia, favorecer la desintoxicación orgánica y equilibrar el pH.
La riqueza de enzimática de la alfalfa germinada, mejora notablemente el funcionamiento digestivo.
Ayuda a detener el sangrado, por su alto contenido en vitamina K, ideal para aquellas personas que suelen tener hemorragias nasales.
Contienen también abundantes vitaminas del grupo B, especialmente niacina, folato y la tan buscada vitamina B12 que se encuentra en buenas cantidades en estos germinados.
De acuerdo al investigador, defensor de los alimentos crudos y escritor Viktoras P Kulvinskas, afirma que 100 gramos de germinados de alfalfa aportarían 3 mcg de vitamina B12; con estos datos deducimos que se lograrían satisfacer buena parte de las necesidades de este nutriente incluso en los escenarios de mayor demanda que son durante el embarazo y cuando la madre está dando el pecho.
Estos datos son relativos y no hay un acuerdo generalizado al respecto, sin embargo, la alfalfa puede ser junto a la espirulina, la chlorella o los fermentados, una fuente adicional que brinde mayor margen de seguridad en dietas veganas.
La niacina es una vitamina fundamental para los procesos metabólicos de las grasas del cuerpo y el folato (forma natural del ácido fólico) es necesario para un correcto funcionamiento en el desarrollo de las células y en la protección neural del bebe en gestación.
¡¡Estas son entre tantas las bondades que estos diminutos brotecitos de ALFALFA nos regalan!!!