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Hamamelis, un aliado para prevenir las várices

Un amigo de la buena circulación que ayuda a aliviar y prevenir las várices, el acné, la cuperosis, entre otras afecciones.

El Hamamelis, conocida popularmente también como escoba de bruja o avellano de bruja, se trata de un género de plantas con cuatro especies diferentes, de las cuales dos se encuentran en Norteamérica, una en Japón y otra en China; la más utilizada entre nosotros es el Hamamelis virginiana. Crecen como arbustos de hoja caduca o árboles pequeños valorados como ornamentales y especialmente apreciados por sus fragantes racimos floridos de colores amarillo pálido, naranja oscuro o rojo que aparecen al comenzar el invierno, a menudo en ramas cubiertas de nieve.

Sus hojas destacan por su aporte de flavonoides y taninos, principios activos de gran valor en la prevención y el tratamiento de los trastornos circulatorios en general, especialmente várices, pesadez y dolor por las venas inflamadas, flebitis, hemorroides, mala circulación en los pies, hemorragias nasales, varicocele, entre otros.

Los taninos ejercen una acción venotónica, que ayuda a la contracción de los vasos sanguíneos, los capilares y las venas, favoreciendo el flujo sanguíneo, destacando el ácido gálico y la hamamelitanina. El ácido gálico, que también esta presente en alimentos como arándano, manzanas, lino, té verde, nueces o berro, posee propiedades antiinflamatorias por su capacidad de inhibir las citoquinas y las histaminas, razón por la cual, en forma aislada, se utiliza en medicina para tratar alergias inflamatorias; también es un potente antioxidante, favorece la liberación de insulina en diabéticos y se ha observado capacidad inhibitoria de las células del cáncer de próstata. De manera secundaria podemos señalar efectos antidiarreicos y bactericidas, aunque hay plantas con un perfil más reconocido en este sentido.

Los flavonoides, conocidos por lo que se ha dado en llamar acción vitamínica P, aumentan la elasticidad y resistencia de las pequeñas venas y capilares, lo cual ayuda a reducir inflamación y el edema, así como a prevenir hemorragias; este es un espectro muy amplio de nutrientes entre los que se encuentran, por citar unos pocos ejemplos, la rutina, la hesperidina o la citrina, distribuidos ampliamente en los alimentos vegetales.

Eficaz en la prevención y tratamiento de las várices

Ante las primeras manifestaciones, lo ideal es focalizar en la prevención y evitar que las várices se agraven y se conviertan en un problema mucho más serio; en este sentido, el hamamelis es una aliado invaluable para mantener la salud y la belleza de las piernas.

Por su efecto vasoconstrictor tiene capacidad venotónica que permite a las venas y capilares el normal flujo sanguíneo y, gracias a su acción vitamínica P debido a su alto contenido en flavonoides, fortalece la resistencia y flexibilidad de las mismas.

Si bien asociamos las plantas medicinales a los remedios caseros, igual que tantas otras, ha sido muy estudiada y ya no solo se utiliza como un “remedio de la abuela” sino que constituye parte de las estrategias de vanguardia para abordar esta condición circulatoria; sus efectos positivos se manifiestan deshinchando el área de las várices y aliviando el dolor, el cansancio y la pesadez.

Hay que ser perseverante para obtener resultados importantes, pero en pocos días irá desapareciendo la pesadez de las piernas, luego dejarán de hincharse los tobillos, más adelante las talacgientacias se irán diluyendo poco a poco… Y para entonces habremos verificado el poder del hamamelis y nadie deberá convencernos de su eficacia; con paciencia, estableciendo periodos de descanso, veremos como es posible lograr el objetivo.

Se indica como pliativo en uso tópico y como estrategia de fondo en preparaciones orales. A modo indicativo, podemos seguir un protocolo de uso interno de tres semanas y una de descanso; luego podemos hacer dos y dos; y una vez obtenidos los resultados, es conveniente de hacer una semana de mantenimiento y tres de descanso. En uso tópico, la indicación suele ser más flexible y puede utilizarse hasta que obtengamos plena satisfacción con el tratamiento.

Alivio para el acné

El agua o la infusión de hamamelis, es un astringente natural para cerrar los poros o tratar la piel grasa que puede aplicarse directamente o formando una una pasta suave con harina de trigo que se aplica sobre la piel del rostro limpio, dejando actuar hasta que se seque, retirando con agua tibia. Esta es una formulación de especial utilidad en el tratamiento del acné, que por supuesto deberá complementarse con una dieta sana; también puede establecerse una asociación entre el uso tópico del hamamelis y la ingesta de complementos de magnesio o levadura nutricional para potenciar los resultados.

Alternativa natural en la cuperosis

La cuperosis, una afección en la que aparecen pequeños capilares que cuando se dilatan por la ruborización se asemejan a telas de araña; habitualmente aparecen en la nariz y las mejillas. A veces, en lo que se conoce como cuperosis rosácea, aparecen también pequeños granitos que asemejan el acné. La aplicación tópica y su administración interna en forma de tintura o infusión, ayudarán a aliviar este problema.

El hamamelis puede combinarse con otras plantas como la cola de caballo, el romero, el muérdago o el ginkgo biloba, las cuales ayudarán a limpiar la sangre y mejorar la circulación.


Indicaciones del Hamamelis

⇒ Uso interno: diarreas, varices, hemorroides, flebitis, telangiectacias…

⇒ Uso externo (tópico): heridas, parodontopatías (inflamación y/o destrucción de la estructura de soporte de los dientes), faringitis, ulceraciones dérmicas y corneales, blefaroconjuntivitis (inflamación crónica de los párpados), dermatitis, eritemas, prurito, vulvovaginitis, hemorragias, loción aftershave… Debido a estas propiedades, muchos preparados de uso cosmético combinan el hamamelis con otros agentes naturales sinérgicos como el aloe vera, el propóleo, el castaño de indias, el rusco, el ginkgo biloba, entre otros.


Formas de preparación

Aquí debemos considerar el uso interno y tópico del hamamelis:

⇒ Uso interno:

– Infusión (hojas): una cucharadita de postre por taza; beber dos tazas al día. Es más rica en bioflavonoides.

– Decocción (corteza): 30 a 60 g/l, hervir 2 minutos; beber dos tazas al día. Es más rica en taninos.

– Tintura madre: 30 a 60 gotas en un vaso de agua, dos a tres veces al día.

⇒ Uso tópico:

– Decocción (corteza): 30 a 60 g/l, hervir 2 minutos; aplicar según indicación en las zonas afectadas; en su defecto puede utilizarse la infusión.

– Lociones (con alcohol 45º): de acuerdo a la indicación del fabricante.

– Agua destilada de hamamelis: se utiliza en preparación de lociones y ungüentos astringentes, directamente para aliviar acné, picaduras, irritaciones o pequeñas heridas, como loción aftershave o como ingrediente activo en toallitas limpiadoras y formulaciones contra las várices, flebitis o hemorroides.


Quizás ya lo sepas, pero me encanta investigar, detectar, consumir y recomendar buenos complementos nutricionales; a continuación te dejo algunas referencias de valor:

Receta especial para el cuidado de la piel

Tónico refrescante de limón

Ingredientes:
– Jugo de medio limón
– 1/2 taza de infusión o agua de hamamelis

Preparación:
Lavar bien el limón, partirlo por la mitad, exprimir solo una de sus partes y colar.
Juntar ambos ingredientes en un recipiente con tapa, cerrar y agitar la preparación para que se homogeneice. La preparación se conserva en la heladera hasta dos semanas.

Indicación:
Empapar un trozo de algodón y aplicar sobre el rostro evitando la zona de los ojos.
Está indicado para uso diario en pieles grasas, mixtas y normales; por el contrario, no se recomienda en pieles sensibles, deshidratadas, irritadas o con quemaduras solares.


Si bien las hierbas medicinales son prácticamente inocuas y en comparación con los fármacos de síntesis sus efectos secundarios son mínimos, no se recomienda su uso prolongado ni más allá de las dosis recomendadas porque los taninos pueden generar algunas molestias gastrointestinales como espasmos, gastritis o diarreas; en caso de embarazo, consumirla únicamente con indicación profesional. Cuando son necesarios tratamientos prolongados, se aconseja establecer periodos de descanso y/o alternancia con otras plantas de acción similar como el castaño de indias, la centella asiática, el ginkgo biloba o el rusco.

Pablo de la Iglesia

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