
La alimentación consciente no es un nuevo conjunto de reglas mejores que las anteriores; más bien es el manejo del conocimiento de tal forma que podamos elegir con libertad y sabiduría nuestra mejor opción aquí y ahora.
No me importa quien tiene razón, procuro vivir buscando el verdadero contenido de la razón y para ello debo dejar a un lado mis razones.
En el mundo ha habido cientos de religiones y la mayoría de los practicantes tienden a creer que la suya es la “mejor” o la “verdadera”. Con la alimentación ocurre lo mismo y hay mucha gente aferrándose a su dieta como si nosotros fuéramos sus instrumentos y no precisamente al revés.
La alimentación consciente nos invita a liberarnos de los dogmas, las creencias y los condicionamientos; en su lugar emerge la integridad, la libertad y la responsabilidad.
No crees identidad en torno a la alimentación
Más allá del estilo alimentario que elijas, tómate tu alimentación en serio.
Es importante ser cautelosos ante las dietas de moda; estudiar para intentar comprender como se gestan los equilibrios dinámicos en nuestro cuerpo.
Saber que hay gente que se dedica a investigar con seriedad hace 20, 30 y 40 años y aún tienen dudas, vacíos de conocimiento y brindan consejos de manera prudente. No confundamos CONFIANZA con SOBERBIA.
¡Deja el dogma a un lado! Observa las siguientes ecuaciones: “2+2+1=5”, “1+3+1=5”, “1+1+2+1=5”. ¿Comprendes? Convengamos que en la alimentación el orden de los factores si altera “ligeramente” el producto.
Y también digamos que no se trata de sumar “5” sino de ir haciendo los cambios para buscar una aproximación dinámica en torno a “5” que aquí hemos elegido aleatoriamente como nuestro objetivo simplemente porque no se contar más allá 🙂
Pero sobre todo, comprendamos que hay muchos caminos para llegar a “5”.
Déjame decirte algo, y esto es una ley de hierro de la consciencia: no importa que tipo de conocimiento pongas en la mente de un fanático o un estúpido, no va a prosperar y lo va a arruinar.
Digo esto porqué hoy hay muchos influenciadores bonitos y simpáticos que hacen, o hacemos en torno a ellos, un culto adorando el plato que se llevan a la mesa y mucha gente, ¡pero mucha gente!, termina confundiendo experiencias con verdades que condicionan y limitan un estilo de vida.
¿Buscas la verdad o buscas validar “tu” verdad?
Emprende el camino de la alimentación saludable con razón y corazón.
Dije “y” y no “o”. ¿Comprendido?
Veamos algunos principios que pueden orientarnos en este camino:
👉 NO UTILICES LA ALIMENTACIÓN PARA CONSTRUIR TU IDENTIDAD.
Si eres vegano, macrobiótico, cetogénico o cualquier otro estilo-, entrar, salir o modificar el guión, resultará traumático; si, en cambio, estas experimentando algún estilo citado o cualquier otro, entras, sales, modificas el guión y experimentas todo lo que necesitas para ir buscando tu propio equilibrio dinámico.
Utilizas los conocimientos que una escuela te aporta y no, como suele ocurrir, eres utilizado por ellos volviéndote un zombie vegano, un zombie macrobiótico, un zombie cetogénico, un zombie paleolítico…
Tú utilizas el conocimiento. El conocimiento no te utiliza a ti.
¡Aprende lo que cada “verdad” tiene para aportar! Toma lo que hoy necesites, sigue aprendiendo y continúa sintonizando la dinámica de tu mejor ecuación existencial.
¡Todo fluye y todo cambia! ¿Qué nos haría pensar que aferrarnos a nuestras creencias para nosotros funcionará diferente?
¿Es la dieta vegana insuficiente?
👉 TOMA TUS PROPIAS DECISIONES CON ESPÍRITU CRÍTICO Y HAZTE CARGO.
Saca lo mejor de todos los referentes pero valídalo con tu experiencia personal; no te proyectes en ellos -pues son personas que pueden meter la pata-, y así no te sentirás defraudado. ¡Hazte cargo seriamente de tus decisiones!
👉 Una dieta VEGANA no tiene porqué generar alteraciones hormonales o de otro tipo, una dieta vegana mal hecha, si.
Y digo vegana porqué inspiró esta nota la experiencia de algunos practicantes que dejaron el veganismo porqué de alguna manera creen que este enfoque los enfermó. ¡Qué tontería!
Este y otros enfoques alimentarios clásicos dentro de las escuelas naturistas son suficientes para gozar de buena salud si los organizamos bien; si, en cambio, no tenemos el hábito de hacerlos con sobriedad, formalidad y dedicación al aprendizaje, por supuesto, NOSOTROS podemos fallar.
Podemos cambiar de enfoque, ¡pero seguro que el próximo también fallará! El problema no está en el enfoque, sino en nosotros, en nuestra falta de dedicación o incluso en nuestras expectativas desproporcionadas.
Además, es importante dejar de creer en la magia. Los veganos, los macrobióticos, los paleolíticos, los alcalinos… ¡también se pueden enfermar! No hay dietas milagrosas que contengan todos los factores que condicionan nuestra salud, ¡seamos realistas! Ser realista no tiene porque ser un factor limitante, al contrario es la retroalimentación precisa para definir la intensidad de nuestra estrategia.
En general, la mayor parte de las enfermedades que padece la humanidad se deben a la mala alimentación (obesidad, cáncer, trastornos cardiovasculares, hipertensión…) y en ese sentido las propuestas naturistas aportan muchas cosas buenas que debemos capitalizar para prevenirlas.
Uno puede ser vegano o no y alimentarse bien, uno puede ser vegano o no y alimentarse mal. Y así con cada enfoque, pero si vemos el cuadro general veremos los potenciales de volver a procurar armonizarnos con la naturaleza.
👉 LA EXPERIENCIA DE ALGUIEN ES LA EXPERIENCIA DE ALGUIEN.
Los problemas de salud de alguien pueden deberse a una dieta mal diseñada o a muchas otras cosas. En todo caso, cualquiera de nosotros puede cambiar de dieta cuando algo no está funcionando -y en mi criterio el «cambio de marchas es muy beneficioso en general-. Pero no le echemos culpas a enfoques nutricionales perfeccionados durante siglos y para los que nuestro cuerpo está bien adaptado, simplemente podemos elegir cambiar los estímulos y obtener mejores resultados por que nuevos aspectos de nuestra integridad orgánica son iluminados; esto es un punto a favor de la flexibilidad mental como hábito de salud.
👉 TODOS LOS ENFOQUES DIETÉTICOS TIENEN PUNTOS FUERTES Y PUNTOS DÉBILES.
Es por eso el «cambio de marchas» nos permite ir haciendo diferentes ajustes y estímulos que nos mantienen en una «puesta a punto» dinámica. ¡Aprendiendo cosas nuevas! ¡Y exponiendo nuestro cuerpo a nuevos registros!
Las experiencias particulares son aprovechados por quienes crean identidad en torno a las dietas y pretenden justificar la superioridad o debilidad de un enfoque u otro. ¡Todo eso es pura basura para fanáticos confundidos! Ocúpate de hacer una dieta saludable, basada en comida de verdad y, cuando tengas esa ecuación resuelta, ponle tu filosofía, creencias o ideología. ¡Nunca al revés! Y si lo haces, hazte cargo, pues el fanatismo no es gratis.
¿La culpa es de las vacas o realmente es nuestra?
Otra de las barbaridades que se asumen como verdades impuestas, las hemos visto hace unas semanas en la manifestación de los jóvenes contra el cambio climático en los carteles que decían: «Hazte vegano y salva el planeta»; muy bonito y bien intencionado, pero tampoco es así. La cuestión no pasa por ser vegano o ser omnívoro, pasa por como producimos los alimentos y que tan respetuosos han sido con el medio ambiente en todo el proceso hasta nuestro plato.
Las flatulencias de las vacas y los cerdos de cría intensiva que comen el mismo maíz y soja transgénicos que muchos veganos en sus milanesas y otras preparaciones SI contribuyen al calentamiento global; amen que los desechos de los cafos o feedlots irán directamente a acidificar ríos, arroyos y mares. Los pocos pedos que se tiran las vacas de pastoreo, apenas impactan en el calentamiento global o no lo hacen; incluso, si son de fincas agroecológicas y sus desechos son estratégicamente aprovechados, la misma ganadería puede ser una excelente ayuda para regenerar el planeta.
¿Comprendes? ¡No digo que no seas vegano! ¡U omnívoro! O cualquier versión intermedia. Con todos los enfoques puedes ir buscando el equilibrio dinámico de manera prudente y consciente, tan solo hay una regla inapelable si quieres cuidar tu salud y contribuir a regenerar el planeta: consume alimentos naturales, de producción agroecológica y en lo posible de los llamados «KM 0» o de cercanías.
Evita los ultraprocesados
Los ultraprocesados son el principal problema. ¡Y el fanatismo! Concéntrate en tu plato, procura ante todo que sea agroecológico y comprende que así como en la naturaleza la diversidad fortalece los ecosistemas, la diversidad alimentaria fortalece la salud y la cultura de la sociedad. No las combatas: ¡ama las diferencias que nos enriquecen!
La flexibilidad, la atención y la búsqueda permanente es el secreto de la alimentación consciente. ¡No te estanques! ¡No te duermas! ¡No te conformes! La fluidez, el movimiento y el cambio son la esencia de la vida.
Mi experiencia personal
Tengo casi 50 y desde los 21, cuando me diagnostican esclerosis múltiple en medio de una crisis que me dejó muchas y complicadas secuelas, la alimentación se ha vuelto una parte central de mi estrategia de cuidados. Durante casi 25 años he ido optando y experimentando diversas expresiones de vegetarianismo y en los últimos años he expandido mis opciones a algunos alimentos de origen animal que disfruto muchísimo.
Hay algo que es muy importante decirlo: CON TODOS LOS ENFOQUES ME HA IDO BIEN; he hecho dietas frugales, ayunos, veganismo, vegetarianismo, macrobiótica, omnivorismo ahora…
DE TODOS LOS ENFOQUES HE SACADO DISTINCIONES POSITIVAS Y ALGÚN BENEFICIO PALPABLE.
Esto es así porqué, sean cuales sean mis opciones, respeto la regla de evitar lo más posible los alimentos procesados por la industria y lo hago con una mirada integral de la salud, siempre con la cabeza abierta, comprendiendo que el cuerpo humano es una maravillosa máquina que se manifiesta flexible dentro del rango natural y que nos brinda posibilidades para alcanzar el potencial de bienestar adaptándose a nuestros gustos razonables, costumbres, condicionamientos culturales y disponibilidad de alimentos.
¡Y, elija lo que elija mañana, ME SEGUIRÁ YENDO BIEN! Porque observo a la naturaleza y me mantengo lo más adaptado posible a sus patrones. Y no al revés, pretender adaptar los patrones de la naturaleza a nuestros caprichos, como ocurre con tanta frecuencia en las modas hoy día.
Estas coordenadas te colocan en una orientación evolutiva
👉 Es imposible cuidar al planeta si no cuidas tu salud.
👉 Realmente no puedes cuidar tu salud si no cuidas el planeta.
👉 Cuando encuentras el punto en el que tu estilo de vida respeta tu salud personal y la del planeta, habrás entrado en esa zona de equilibrio dinámico que la Inteligencia Cósmica calibró durante millones de años y toda esta sabiduría te beneficiará, despertará en ti y te convertirás en ello.
Termino: no te aferres a una verdad o a un conocimiento; todos son relativos, temporales, provisorios. Todos aportan distinciones que iluminan una parte de la experiencia; transítalos el tiempo que haga falta pero continúa el viaje antes que dejen de iluminarte.