Una de nuestras lectoras nos consulta:
Hola, tengo tres miomas y el doctor me aconseja una miomectomía. Quisiera saber que tratamientos alternativos hay.
Vilma (42), Buenos Aires.
Digamos que la miomectomía es el procedimiento quirúrgico para extirpar fibromas uterinos, tumores no cancerosos que pueden aparecer a cualquier edad aunque son más frecuentes en la edad fértil; en este procedimiento el objetivo del cirujano es extraer los fibromas que causan síntomas y reconstruir el útero, diferente a la histerectomía, en la que se extirpa todo el útero.
Antes de decidir una miotectomía o, con más razón, una histerectomía, hay cada vez más médicos y pacientes que prefieren agotar todos los recursos terapéuticos y para ello hay tratamientos naturales que suelen dar muy buenos resultados en casos de padecer miomas o fibromas; compartiré algunas opciones para que las converses con tu médico:
* Uña de gato: es una poderosa planta medicinal con propiedades antiinflamatorias, desintoxicantes y antitumorales.
* Maca: se trata de una planta de usos ancestrales en las culturas andinas y, además de ser un reconstituyente energético, actúa como regulador hormonal.
* Enzimas: un complemento nutricional que aporte enzimas como la papaina, la bromelina o la lipasa, suelen ser enfoques nutricionales muy frecuentes.
Otras hierbas de uso frecuente son el ruibarbo, la canela, el jengibre y las algas marinas; el anamú junto con la vitamina E (400 U.I. al día), parece ser de utilidad.
Todos estos recursos deben utilizarse de manera consistente y en lo posible estableciendo sinergias; las dosis y duración de los tratamientos variarán en función de los escenarios, la disponibilidad de recursos y el tiempo que pueda postergarse la intervención quirúrgica, pero tratándose de sustancias prácticamente inocuas aún a dosis más altas que las que suelen presentarse en forma de complemento nutricional, claramente los beneficios superan por mucho los riesgos que tienden a cero.
El consumo de grasas saturadas provenientes de la leche, la carne roja y los huevos, así como otros alimentos procesados, debe mantenerse en niveles mínimos y en lo posible de origen agroecológico; estas, especialmente cuando provienen de ganadería y avicultura industrializada, contienen elevados niveles de ácido araquidónico que fomenta los procesos inflamatorios y son contraproducentes con los miomas.
Paralelamente a la disminución de las grasas saturadas, es importante aumentar el consumo de frutas y verduras crudas que aportan antioxidantes, enzimas y oligoelementos junto con proteínas y grasas buenas derivadas del pescado azul. Un enfoque como el que proponemos con Patricia Robiano en «Puesta a punto» (Ediciones Urano) es apropiado para calibrar la alimentación.
Con la llegada de la menopausia, los miomas dejan de tener estímulo hormonal y tienden a reducirse o desaparecer; con un buen tratamiento natural, generamos auspicios en esa dirección.
Finalmente, un tratamiento con acupuntura, puede ayudar a aliviar el dolor pélvico, la pesadez y algunas molestias derivadas de desequilibrios hormonales.